lunes, 28 de mayo de 2007

Retales

Desempolvo mi viejo saco de mentiras y me dispongo a tejer con sus hilos cúmulos de verdades. Elijo con cuidado, gris, suave. Siempre es mejor si además de bonito huele bien. Raizes secas y azahar marchito, no tengo más. Dibujo en el aire con los irregulares retales de tela que voy poco a poco creando. Y nada es nuevo, todo ha ocurrido ya de algún modo u otro. El argumento de esa peli es igual que el de aquella otra, ya existía una Ines en los libros de aquel famoso autor y la muerte nunca podrá volver a ser tratada del mismo modo que lo hizó Manrique ¿o si?.
Con las personas...igual.
No ha llovido mucho desde aquel día en el que me vi obligada a abandonar mi cómoda posición de princesa y huir con lo puesto de mi antaño florido torreón, convertido ahora en húmeda y tenebrosa mazmorra. Sus barrotes me asfixiaban y la tozudez de los razonamientos de mi guardián me enervaban. Perdí un, en teoría, generoso dragón con el que de tanto convivir había logrado matar mis sentimientos hacia sus buenos propósitos y ya solo le veía como un algo que coartaba mi vuelo.
Después de aquella huida, nuestro lazo comenzo a estrecharse y como iguales empezamos a caminar. Y no se que ocurre...pero siempre similar. Intolerante y cabezón creíste saber por donde caminarían mejor mis pies y sin darte cuenta, imagino, decidiste que tu sendero acabaría en torreón y esa sería mi prisión -No quiero que te hagan daño-...Y detesto que me regañen, no hay nada que me siente peor. Me cargaste con piedras duras y pesadas para impedir mi revoloteo y mis torpes susurros no hicieron más que acrecentar tus imperativas ordenanzas. Me canso. Rompo los barrotes y arrojo todo el lastre a la orilla del camino, si quieres cagar pesimismo y desolación hazlo sobre tu destino, hazlo en soledad. Cobarde ¿Como has podido destruir algo tan solido como nuestra amistad? y me alegro de no haber leído tus piedras sobre algo más visceral... si esto es lo que le haces a algo tan solido como nuestra hermandad, no quiero ni imaginarte lidiando con las desventuras del amor.
Me siento dueña de mi destino, evitaré posar los pies en el suelo.

Necesito pensar.


No hay comentarios: