martes, 6 de noviembre de 2007

Otoño

Lo intente pero sin ganas, como quien abre un caramelo en mitad de una espantosa dieta...y dejó su huella, al igual que el caramelo. Un pequeño michelin en medio de la nada que por más que la marea lo azote sigue ahí, latente. Grabado a fuego sin arena, pero con mucha espuma. Un ancla en mi pasado constante; una hoja caduca que nunca se decide a caer de su rama, cubriendo impasible el árbol que la sustenta, ocultando su esencia. Y te vuelves grasa mientras te tatúas una frase insomne en el costado y tiras del ancla soldada en mitad del mar, cortas ramas en lugar de hojas y al final el suelo. En la orilla. Mirándolo todo. De brazos cruzados intentando no dar alas al mar....Y supongo que te limitas a existir.





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