miércoles, 21 de noviembre de 2007

Ñoñerías de una adulescente borracha

La crecida del rojo me sobrecogió en mitad de un mal catarro y una aglomeración de hormonas dió un golpe de estado por todo mi cuerpo. Experimente de todo, del llanto a la risa histérica, y de la salidez absoluta al mojigatismo extremo, de la ironía a la cursilería en un parpadeo...y hoy estoy ñoña y mimosa, o más bien diría en este momento.
No se como teclear lo que ahora mismo me gustaría escribir, es complicado.
Ya són dos días en los que la vigilia me emborracha la mente y en medio de una semi inconsciencia me retuerzo por las punzadas que retumban en mi bajo vientre. Las drogas legales nunca hicieron efecto. A lo lejos ese ruido persistente, la ciudad lagrimea conmigo por una nada trascendental que lo invade todo.

Y supongo que el resumen es que me siento sola, o triste, o me faltas tu, o de todo al tiempo; como ya comenté...estoy ñoña.

Creo que necesito un abrazo.





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