lunes, 4 de junio de 2007

Los reproches de la ducha

Mientras el chorro ardiente atizabá mi nuca y me calentaba el cuerpo intenté con fuerzas mantener los ojos abiertos. Ver como el agua golpeaba el pequeño charquito que se había formado a mis pies y los salpicones que cada gotita perpetraba al caer me absorbió unos muchos de los pocos minutos que tenia ese día para derrochar. El sonido incesante...no se cuantos litros llegue a malgastar cuando un flash de un ayer casi olvidado me obligo a parpadear . Cierro los ojos.
Te veo en la negrura de la noche y me sonríes generoso. Amigo de mis amigos, ya nos vimos otras veces. El me importa, ella te importa. Mejor llevarnos bien.
Y una sidra y luego otra nos encaminan a su casa, el cuarto de la sirvienta nos vendrá de lujo. Cierra la puerta pero no apagues las luces...y me prometes paraísos. Tu mano en mi pecho me atolondra...no, no me atolondra ¿que haces? ¿te crees que tienes entre manos un cacho de pan para amasar? Me miras y en tus pupilas verdosas se refleja el miedo (ju ju te he calado) esto va a ser divertido. Adoro quejarme...disfruto cada segundo de replica que sale por mi garganta, ¿cuantos pequeños momentos de placer asexual (eso empieza a estar muy claro) me darás tu hoy? Más que pocos...¿y sigues tirándote el moco? Quizás sea hora de batir las alas de la protesta, destrozarte el ego...me da penita. Silencio. Confiesas, ya lo sabía, no pasa nada hombre...tengo que irme a casa. (Jamás) Volveremos a vernos.

Y las gotas de agua me susurran algo sencillo que lleva horas revoloteando ¿por que? ¿por que salisté anoche? Sabes que ni siquiera te apetecía...y ¿para que? un trauma para un inocente y una muesca de más en la empuñadura de cosas que quizás, y solo quizás, no debería haber hecho...
Me siento despacio, alzo la cabeza y abro los ojos.

Esta vez es la tuya la que se tambalea.
Lastima de vida complicada.

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