lunes, 21 de enero de 2008

Y esa fue la duda que nació inocente en mi mente...

"No se si este dolor lo produce el olor del olvido o el tacto del recuerdo"
Con los labios empapados en aquel mejunje, mezcla de saliva y lágrimas, note mi determinación balancearse, inclinarse ligeramente a un lado, después al otro, empezar a agitar los brazos intentando mantener el equilibrio y...derrumbarse.





Fue difícil predecir el instante preciso en el que perdí totalmente el timón de aquel barco, e incapaz, pase de largo aquel puerto donde agarrar las amarras. La ultima oportunidad de firmeza y estabilidad la cambie por un vagar a la deriva. Al menos elegido...¿o no?

Sonrió sereno y luego no sonrió nervioso "que guapa estas hoy" glup "leí tu carta" y empezó a chorrear explicaciones antiguas y modernas, como si las palabras construyeran casas o plantaran huertos...saque la espada y una palabra agricultora la zafo con su rastrillo, me desarmo en un suspiro y el dueño siguió llorando. Empecé a sentirme mal sin saber el por que exacto y la duda rozo mi mente. Mi silencio se prolongaba mientras el me ungía en saliva y mi cabeza volaba "piensa en sexo, piensa en sexo, no dejes que te haga dudar...piensa en...su risa.. no, sexo! con mujeres atractivas..si, sexo...y todas sus rarezas...sexo, no sexo, no...aghhh cuanto le voy a echar de menos" Creo que ese fue el detonante, la certeza de echar de menos. Así que así, sin más, yo también me uní al derroche de sollozos. Y una punzada muy fuerte me hizo volver al presente; no se si este dolor lo produce el olor del olvido o el tacto del recuerdo...

Supongo que lo único claro es que no quiero perderle.

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