miércoles, 3 de octubre de 2007

Missed the boat

Esta noche sin estrellas, repleta de translúcidas lágrimas provenientes del cielo, y con una temblorosa perrilla acurrucada a mis pies, extendí los brazos y con la boca abierta dejé que el agua penetrara poco a poco en mi garganta. Y me recree en ello, en el acto en sí. Supongo que es una mezcla de sentirse vivo y muerto al mismo tiempo. No haces nada, como un cadáver, pero a la vez sientes algo, por lo tanto sigues vivo. Y suspiro para mi, desemaraño los músculos y me levanto para asomarme a la ventana y reafirmarme, está vez de verdad, en mi propia existencia. Ahora miles de gotas golpeándo mi rostro cada segundo, las siento, igual que antes golpeaban el marco abierto de mi ventana y presiento como algunas escurridizas se escaquean y traviesas rebotan y van a dar al lugar donde antes estaba mi cabeza. Supongo que no podemos elegir quien va a penetrarnos en cada momento, lo que si podemos hacer es decidir si abrir o no la boca...



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