domingo, 3 de febrero de 2008

Terror nocturno

Se comia el mundo a dentelladas, resquebrajandolo con sus afilados colmillos, desdeñando el jugo, quedandose con los mordiscos de carne más grandes.
Con el paso del tiempo, cuando las raices de sus dientes empezaron a debilitarse, y los apreciados caninos fueron desprendiendose poco a poco de sus encias, tuvo que adaptarse y sacar la lengua para asi chuparlo. Lentamente, disfrutandolo.
Cuando la sequia inundo su lengua y esta se resquebrajo deshaciendose en mil pedazos tubo que contentarse con mirarlo, tan grande, tan turbio y brillante al tiempo...girando siempre en su sin sentido.
Sus ojos agotados se diluyeron en un liquido espeso inundando sus cuencas mientras trataba de usar sus oidos para, al menos, escuchar el pequeño temblor que llegaba desde la superficie. Y entonces sucedió. Sin más le dio la espalda y decidió ignorarle.
El mundo le vió, y sin siquiera permitir a un suspiro escapar de su garganta, lo engulló.

Fin.




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